2 septiembre 2019
Tener una mala mordida es algo que no solo afecta a lo estético, también puede ser perjudicial para la salud del paciente. A esto se le denomina maloclusión.
Se trata de un problema de la mordida o de la forma en que encajan los dientes superiores e inferiores. Las alteraciones en el crecimiento óseo maxilar o en el de los dientes es una afección bastante común hoy en día.
Como bien hemos dicho antes, esta puede afectar la estética de tu boca y también trae como consecuencia trastornos en la capacidad de masticar los alimentos, el equilibrio la postura y más.
Posibles causas
La maloclusión puede ser causada por diversos factores. Pero la genética es uno de los más relevantes. En muchas familias es común que el mal posicionamiento dental. O la alteración de la mordida sea un síndrome repetitivo.
Otra de la causas de esta afección es el desarrollo de hábitos de succión. Estos se generan principalmente en la niñez con la lactancia, el chupete y la chupada de dedo.
Un hábito que se suma a la influencia en la aparición de la maloclusión es la deglución atípica de los alimentos y la interposición de la lengua o el empuje de los dientes mediante esta.
La respiración prolongada por la cavidad bucal también es un elemento que se asocia a la generación de la patología.
Por último, la pérdida de dientes de leche de forma prematura. Y la falta de piezas dentales permanentes debido a una falla en la erupción de la misma pueden producir maloclusión.
Consecuencias que conlleva
Una mordida defectuosa además de afectar la estética de tu sonrisa y tu cara, puede causar diferentes complicaciones. A continuación te mencionaremos las más comunes:
Desgaste y rotura de piezas dentales
El mal posicionamiento de la mandíbula o de los dientes puede provocar que existan un roce o un mal contacto entre los mismos. Lo que a largo plazo puede producir desgaste o en casos severos fracturas. Esto es comúnmente llamado bruxismo.
Enfermedades bucodentales
El apiñamiento de los dientes vuelve la higiene dental un proceso complicado, lo que genera la acumulación de restos de alimentos y bacterias. Esto provoca el desarrollo de caries e infecciones de las encías que pueden ser bastante graves y molestas.
Dolores articulares
Las alteraciones en la posición de la mandíbula y los dientes generan tensión en los músculos y tendones de la cara. Esto puede causar fuertes dolores en zonas como las articulaciones de la mandíbula, en la cervical y en la cabeza.
Tipos de maloclusión
Existen varios tipos de maloclusión, pero las más populares:
- La transversal: Se aprecian maxilares muy anchos e inclinaciones dentales fuera de común. Esto hace que el individuo tenga una mordida cruzada en uno o ambos lados de la boca.
- La vertical: Es cuando no existe rozamiento entre los dientes superiores e inferiores, o por el contrario existe contacto excesivo.
- La sagitable: Existen dos casos, el primero es cuando el molar superior está adelantado y no permite el cierre total de la boca. Y el segundo es cuando los males inferiores están adelantados y la mandíbula inferior está sobre la superior.
Cómo solucionar la maloclusión
La mayoría de los casos de maloclusión se pueden mejorar y corregir mediante técnicas y aparatos de ortodoncia. Pero cuando la condición consiste en una deformación esquelética se debe combinar con algún tipo de cirugía ortognática. La maloclusión suele ser hereditaria, por ello es recomendable que los niños acudan a un especialista en odontopediatría. Esto podrá diagnosticar de forma precoz la afección.
Las intervenciones tienen como finalidad colocar los huesos de la mandíbula en una posición adecuada. Esto para mejorar su funcionalidad y la estética del rostro.
El ortodoncista será el encargado de analizar qué tan grave es el nivel de maloclusión, e indicar cual es el tratamiento que resultará más efectivo en tu caso.