20 diciembre 2019
La piorrea, conocida más comúnmente como periodontitis, se trata de una patología infectiva que es causada por bacterias. Existe la creencia de que se trata de una patología contagiosa, pero desde IMED Dental te aseguramos que no es así.
La piorrea, o periodontitis, se produce en los tejidos de soporte del diente: el hueso, el ligamento periodontal, el cemento y la encía. Esta infección comienza en la encía para luego propagarse hacia todas las estructuras circundantes provocando la movilidad en los dientes, molestia/dolor, enrojecimiento, mal aliento, sensibilidad al calor y al frío, encías que sangran y, en el peor de los casos, la presencia de pus.
En nuestro artículo de hoy nuestros especialistas en IMED Dental han decidido explicar las causas que produce la piorrea, los riesgos y cómo tratarlo.
¿Cómo se produce la piorrea?
En nuestra boca, o cavidad oral, disponemos de un gran número de bacterias conocidas como saprofitas, las cuales son esenciales debido a que mantienen un equilibrio microbiológico en nuestra cavidad oral. El problema viene cuando tenemos una mala higiene, enfermedades, predisposición genética u otros problemas, ya que el número de estas bacterias aumenta y acaban por convertirse en patógenas.
¿Qué significa que las bacterias sean patógenas? Son aquellas que causan enfermedades como las de la periodontitis. Antes de nada, queremos informaros de que el contacto con un paciente con periodontitis no implica contagio. Es necesaria una predisposición a esta enfermedad y una alteración propia de la flora bacteriana oral del paciente.
Las bacterias que causan esta enfermedad son anaerobias (viven sin oxígeno) y pueden estar presentes ya en la cavidad oral del paciente.
El desarrollo de la periodontitis no solo es dependiente de la presencia de bacterias patógenas, ellas por sí solas no son suficientes para que se produzca esta patología. Esta infección aparece cuando es asociada a factores de riesgo como las patologías sistémicas: diabetes, mala higiene oral, embarazo, humo, alcohol, predisposición genética.
La higiene oral, o bucal, tiene un papel determinante en la aparición de esta la patología. Por ello debemos ser conscientes de la importancia que tiene cepillarse los dientes cuidadosamente después de las comidas para disgregar la placa bacteriana y mantener limpia la superficie del diente y las encías. Estudios demuestran que la incidencia de la patología periodontal aumenta y es proporcional a la presencia de placa bacteriana en los dientes. Esto significa que cuanta más placa hay, mayor es el riesgo de sufrir de periodontitis y más grave será su manifestación con respecto a los pacientes que padecen periodontitis pero tienen buena higiene oral. Mantener una buena higiene oral cuando ya se sufre de periodontitis solo sirve para evitar que esta infección empeore.
¿Qué factores de riesgo implica la piorrea?
La genética, la mala higiene y el tabaco son los factores principales de una larga lista de factores culpables de aumentar la probabilidad de padecer piorrea. mala higiene y el tabaco.
Reducir, o incluso evitar, el consumo de cigarrillos será un paso importante, debido a que el tabaco es uno de los factores principales que causan piorrea. El tabaco favorece la acumulación de placa entre los dientes, lo que se traduce en una bajada de las defensas inmunitarias que tienen que actuar contra la infección periodontal.
El consumo excesivo de alcohol también puede ser determinante en la aparición de la piorrea y es también considerado un factor de riesgo. Estudios han revelado que los pacientes que toman cantidades elevadas de alcohol implican tiene una evolución más agresiva de esta infección.
Las particularidades de la boca de cada persona y los huesos mandibulares son también otro factor a tener en cuenta, ya que también pueden influir en el incremento de la probabilidad de desarrollar la piorrea. Este tipo de maloclusiones y deformaciones óseas, hacen que las maniobras de higiene oral se compliquen, lo que favorece la acumulación de placa bacteriana, principal responsable de la piorrea. Esta es una razón por la que los odontólogos le dan tanta importancia a tener los dientes alineados.
Existen también ciertos tipos de patologías sistémicas que pueden causar que el paciente esté más expuesto y sea más propenso a padecer la enfermedad periodontal. De todas las existentes cabe destacar las siguientes: artritis reumatoide, inmunodepresión, curas quimioterápicas, terapias post-transplante.
No nos olvidamos de mencionar uno de los factores de riesgo más importante cuando hablamos de periodontitis, la genética. Aquellos pacientes que tienen familiares próximos que tienen un historial en el que han sufrido esta patología tienen más probabilidades de padecerla.
¿Cómo tratar la piorrea?
Existen dos formas de tratar la periodontitis, una mediante tratamientos no quirúrgicos, y en casos más graves, mediante tratamientos quirúrgicos. En el caso de que la piorrea, o periodontitis, no está avanzada, el tratamiento puede consistir en procedimientos menos invasivos como:
- Raspado: El raspado elimina el sarro y las bacterias de la superficie de los dientes y debajo de las encías.
- Alisado radicular: El alisado radicular suaviza la superficie de las raíces, lo que evita futuras acumulaciones de sarro y de bacterias, y elimina los productos derivados de las bacterias.
- Antibióticos: Los antibióticos tópicos u orales pueden ayudar a controlar la infección bacteriana.
Pero, si la periodontitis es más avanzada, puede ser necesaria una cirugía dental:
- Cirugía con colgajos, también conocida como cirugía de reducción de las bolsas: El periodoncista levanta una sección del tejido de esta para exponer las raíces y poder realizar un raspado y alisado radicular más efectivos.
- Injertos de tejido blando: Cuando pierdes tejido de la encía, se retrae la línea de dicho tejido. Para reforzar parte del tejido dañado se extrae una pequeña cantidad de tejido de la parte superior de tu boca, o de un donante, para adherirla al sitio afectado.
- Injerto óseo: Esta opción se realiza cuando el hueso que rodea la raíz del diente ha sido destruido por la periodontitis. El injerto puede estar compuesto por pequeños fragmentos de tu propio hueso, o bien, el hueso puede ser sintético o donado
- Regeneración guiada del tejido: Una de las técnicas consiste en que el dentista coloque una pieza especial de tela biocompatible entre el hueso existente y tu diente. El material evita que ingrese tejido no deseado en el área de curación, lo que permite que el hueso vuelva a crecer. Con estos e logra que el hueso destruido por las bacterias vuelva a crecer.
- Proteínas que estimulan tejidos: Se aplica un gel especial a la raíz del diente enfermo. Este gel está compuesto por proteínas que se encuentran en el esmalte de los dientes en desarrollo y su función es la de estimular el crecimiento de huesos y tejidos saludables.