18 julio 2019
La salud bucodental es importante, por ello hay que mantener una buena rutina de higiene diaria. Si esta no se cumple, nuestra boca puede sufrir de más.
Existen varios síntomas que dejan entrever que la higiene bucodental no es la correcta, entre ellos podemos encontrar la placa dental y el sarro.
La placa dental
También conocida como la placa bacteriana, es una película blanca o transparente que esta compuesta por bacterias y azúcares. Se forma y adhiere constantemente sobre nuestros dientes.
Esta placa se debe principalmente a una acumulación de restos de alimentos que quedan en la boca después de cada comida. El ácido de la placa puede atacar a los dientes inmediatamente después de las comidas y, si no se limpia, puede romper el esmalte y provocar caries.
Esta puede solidificarse y convertirse en sarro.
El sarro
Es duro y poroso y tiene un color amarillento y aparece en la línea de las encías. Se trata de la placa que no se ha eliminado y se ha endurecido a causa de los minerales de la saliva.
El sarro no sólo amenaza la salud de sus dientes y encías, sino que también constituye un problema estético.
Si no se elimina, el sarro continúa creciendo y calcificándose. La eliminación de este solo es posible con los instrumentos adecuados, es decir, solo lo podrá eliminar un profesional.
El sarro es la continuación de la placa dental. La diferencia más notoria es que, la placa se elimina con una buena higiene y el sarro hay que acudir al dentista para eliminarlo.
¿Qué repercusión tiene?
La placa bacteriana y por consecuente el sarro, pueden llegar a provocar caries o enfermedades prionodontes.
La gingivitis es una de las enfermedades más comunes que desemboca el sarro, esto es debido a su cercanía con las encías. Además, la halitosis también puede generarse gracias a la placa bacteriana y el sarro. Si no tenemos una buena higiene el mal olor aparece en el interior de nuestra boca.
Otro problema que provoca es la perdida de piezas dentales. Este es el último nivel, cuando el sarro lleva años acumulándose en el interior de la boca.
¿Cómo prevenir?
- Cepillarse los dientes después de cada comida.
- Usar hilo dental a diario.
- Usar enjuague bocal dos veces diaria, después del cepillado.
- Revisar la boca para ver que no hay un inicio de sarro.
- Acudir anualmente al dentista para una correcta revisión.
No dejes pasar la visita al dentista, una revisión ayuda a no tener que solventar problemas mayores en un futuro. Pide ya tu consulta en IMED Dental, los mejores profesionales del mercado te asesoraran con los mejores tratamientos.