11 diciembre 2019

  • Caries: es una enfermedad multifactorial que causa la destrucción de los tejidos dentales como consecuencia de la desmineralización provocada por los ácidos que genera la placa bacteriana, ya que las bacterias presentes en dicha placa fabrican ácido a partir de los restos de alimentos. La destrucción dental se asocia a la ingesta de azúcares y ácidos contenidos en bebidas y alimentos, errores en las técnicas de higiene, falta de cepillado dental, no usar hilo dental….
  • Gingivitis: Consiste en la inflamación de las encías debido a un proceso infeccioso y una acumulación de sarro provocada por una mala higiene bucal, escaso uso de hilo dental o tabaquismo. Los síntomas son: sangrado de encías, inflamación y enrojecimiento, sensibilidad al frío y mal aliento. Si no es tratada a tiempo puede desembocar en una periodontitis.
  • Periodontitis: es una enfermedad que inicialmente puede cursar con gingivitis, para luego proseguir con una pérdida de inserción colágena, retracción de encía e incluso la pérdida de hueso. En el caso de no ser tratada avanza dejando sin soporte óseo al diente, lo que puede desembocar en la pérdida irreparable del mismo.
  • Halitosis: así se denomina al mal aliento, provocado por una mala higiene bucal, enfermedades de las encías, ingestas de alimentos como cebolla, ajo, tabaquismo o alcoholismo, exceso de café o enfermedades sistémicas tales como cáncer, diabetes, trastornos hepáticos y/o digestivos.
  • Bruxismos: es el hábito involuntario de rechinar o apretar los dientes. Es una de las llamadas parafunciones. Al rechinar o apretar los dientes la musculatura del sistema de masticación está hiperactiva. Este fenómeno puede manifestarse incluso durante la infancia. El paciente no suele ser consciente de que rechina o aprieta los dientes porque suele hacerlo, sobre todo, mientras duerme. Rechinar los dientes mientras se duerme se produce en determinadas fases del sueño (la fase REM) aunque el bruxismo también puede producirse de día. En este caso, se da en situaciones de tensión psíquica o de concentración extrema. La sobrecarga permanente del bruxismo puede dañar el periodonto así como la sustancia dura de los dientes.

Una buena higiene bucal, una dieta equilibrada y visitar al odontólogo de forma periódica, son las mejores fórmulas para evitar este tipo de problemas.