15 julio 2021

La limpieza dental, junto a la limpieza interproximal es clave y esencial para evitar al aparición de caries y poder disfrutar de unas encías sanas. La forma más común y  habitual es la limpieza mecánica mediante el uso de un cepillo de dientes manual o eléctrico eficaz para la eliminación del biofilm oral de la superficie dental.

Pero con el cepillado convencional solo logramos limpiar el 60% de la totalidad de la superficie dental. Sí, puede parecer que nuestros dientes estén limpios pero, en el espacio entre los dientes (área interproximal), el cual supone cerca del 40% restante de la superficie dental, se produce una acumulación de restos de comida y bacterias que forman lo que conocemos por biofilm bucal o placa bacteriana.

La placa bacteriana es el principal responsable de la inflamación gingival que puede llegar a complicarse con la aparición de enfermedades de las encías, como gingivitis o periodontitis. ¿Sabías que el 77,5% de las caries son interproximales? Y, que el 60% de los casos de halitosis oral se originan por acumulación placa en las zonas entre los dientes.

¿Quieres lograr una limpieza completa y llegar donde los cepillos dentales no consiguen acceder? Para ello tienes disponibles herramientas que puedes utilizar dependiendo del espacio entre tus dientes y de su posición. La utilización de una u otra herramienta dependerá de diversos factores, el más importante como el tamaño del espacio interdental, así como de la posición de los dientes y su alineación, y de características propias de cada persona, como la habilidad (edad, movilidad) y la motivación. Estas herramientas serán claves para lograr esa correcta limpieza interproximal.

La cinta y seda dental

Cuando los dientes están juntos y parece que no hay espacio suficiente es cuando las sedas y cintas dentales entran en juego, ya que garantizan la eliminación del biofilm oral y los restos de comida entre los dientes. La seda dental es la opción más recomendada en márgenes gingivales normales además de ser eficaz para todos los casos. Tanto la seda como la cinta dental son muy útiles y capaces de eliminar más del 80% del biofilm oral proximal e incluso el subgingival (lo que queda debajo de al encía).

Todas estas herramientas de limpieza interproximal cumplen la misma función: ayudarte a limpiar en los huecos que dejan dos piezas dentales juntas.

El hilo dental y la seda dental son muy similares, ambos tienen forma redondeada, pero la principal diferencia es que el primero suele estar formado por hebras de nylon entrelazadas y la segunda está hecha de seda. Existen opciones con o sin cera, con diferentes sabores y texturas, incluso flúor. Aquellos que tienen un recubrimiento de cera se deslizan mejor entre los dientes y es recomendable cuando las piezas están muy juntas. Por otro lado, la cinta dental, dispone de una forma aplanada y su anchura la hace más sencilla de manipular.

Las tres opciones pueden ser usadas antes o después del cepillado. Se sujeta con las dos manos y se inserta entre los dientes haciendo movimientos suaves ascendentes y descendentes. Puedes llegar, con cuidado, a la línea de las encías.

Limpieza interproximal con cepillo interproximal, o interdental

Si tus dientes están más separados, puedes realizar tu limpieza entre los dientes con cepillos interproximales. Se trata de unos pequeños cepillos caracterizados por ser uno de los métodos más eficaces para eliminar diariamente la placa bacteriana en espacios abiertos. Además, se dispone de múltiples tamaños y formas. Siempre es recomendable pedir el asesoramiento de tu odontólogo o higienista dental para que te recomiende el más adecuado a los espacios entre tus dientes.

Irrigador dental

Los irrigadores bucales son una herramienta muy eficaz a la hora de realizar la limpieza interproximal, ya que permite limpiar los espacios interdentales de forma aún más exhaustiva y profunda, incluso de la zona subgingival menos accesible. Esta herramienta aplica un chorro de agua, o colutorio pulsátil, a presión entre dientes y encías. Se recomienda a personas exigentes con su higiene bucal y, sobre todo, para aquellas con dificultades para realizarla, como personas con implantes dentales, coronas u ortodoncias, y a las que se les hayan diagnosticado enfermedades periodontales o diabetes.

Por último, pero no por ello menos importante, ser constante en el empleo de los anteriores métodos de higiene interproximal es fundamental para que cumplan su función y nos ayuden a mantener una buena salud bucal.